“La
meditación trae sabiduría, la falta de meditación trae ignorancia.
Conoce lo que te ayuda a progresar y lo que te detiene, y elige el
camino que te lleva a la sabiduría”.
Buda
¿Te
ha pasado como me pasó a mí, que había escuchado, e incluso
experimentado los beneficios de meditar, y sin embargo me costaba
mucho tomar el hábito de dedicarle unos minutos cada día a hacerlo?
Puede
que como yo, pensaras que es muy difícil, que la postura es muy
incómoda o que estás demasiado ocupado para meditar.
Sin
embargo, cuando comencé me di cuenta de que no es tan difícil como
pensaba. Que no se trata de poner la mente en blanco, sino que
simplemente es aquietar esa charla constante que tenía en mi mente,
y que podía centrarme por ejemplo en la respiración.
También
descubrí que no hay una forma “perfecta” de meditar, ni tampoco
una postura. Si la postura de “El Loto” me resulta incómoda, no
pasa nada, busco otra que me funcione, que puede ser sentada en una
silla o incluso caminando. Supe que de mí dependía la postura y el
tiempo de la meditación. Lo importante es que estés cómodo.
Y
además de todo, me di cuenta de que dedicar 5 minutos a meditar, me
hacía terminar con la sensación de que tenía más tiempo, que
aumentaba la concentración en mis tareas y era más eficiente en mi
día a día.
Un
gran regalo para mí fue cuando experimenté (y ahí fue que
realmente lo supe), que no se trata de luchar para no pensar, sino
que es simplemente observar los pensamientos, sin juzgarlos y sin
alimentarlos.